El recorrido por este gran conjunto monumental es imprescindible si vistas la ciudad de Málaga y su paseo es francamente apetecible: disfrutarás de un recorrido por la historia, con unas vistas espectaculares hacia el Mediterráneo. En la calle Alcazabilla, con el Teatro Romano a sus pies, se encuentra La Alcazaba unida al Castillo de Gibralfaro, por murallas que aún resisten en algunos puntos.
La Alcazaba, nació como fortaleza urbana en la ladera del monte Gibralfaro en la bahía de Málaga. Su posición estratégica ha propiciado que la zona haya sido habitada por distintas civilizaciones: desde los fenicios hasta los romanos. Sin embargo, no fue hasta la época islámica cuando la Alcazaba fue construida: inicialmente, como fortificación y después convertida en palacio-fortaleza, sede del gobierno de la ciudad.
La Alcazaba es uno de los recintos defensivos más importantes conservados de toda España. En su visita, puedes recorrer las fortificaciones de ingreso y los dos recintos amurallados que lo conforman. En las fortificaciones de ingreso destacan puertas, torres y murallas de defensa, como la Puerta de las Columnas de tres arcos, la Puerta de la Bóveda Vaída y la Torre del Cristo.
En los recintos se hallan las torres del Homenaje y del Tiro, la plaza de Armas ( hoy en día, convertida en una explanada con jardín hispano árabe), la Puerta de los Cuartos de Granada, el Palacio Taifa, con el Patio de los surtidores; el Palacio Nazarí, y un barrio de viviendas. La visita a los dos palacios es de gran interés, destacando el Palacio Taifa por su potencia y riqueza en cuanto a los materiales encontrados. El Barrio de Viviendas es otro punto destacable de La Alcazaba, aunque no se puede visitar actualmente debido a la fragilidad de los restos. Son un total de 9 viviendas sin cimentación ubicadas en calles angostas.
El Castillo de Gibralfaro domina la ciudad y la bahía a 132 metros sobre el nivel del mar. Esta fortificación, otrora inexpugnable, fue construida en el siglo XIV para albergar tropas y proteger la Alcazaba con la que se comunicaba a través de un camino amurallado, conocido como La Coracha y que constituía su único punto de acceso. Debido a la orografía del terreno, el trazado de las murallas es muy irregular. Tras las intervenciones realizadas en la Edad Moderna, hoy cuenta con 30 lienzos de murallas reforzados por ocho torres, entre ellas la llamada Torre Blanca, con aljibe, habitaciones y almacenes, y que fue utilizada como prisión en varias épocas. Destaca, asimismo, la Torre Mayor de 17 metros de altura y punto privilegiado de vigilancia que contaba con abastecimiento autónomo de agua, almacenes y viviendas. En el Castillo de Gibralfaro se halla un gran pozo excavado en roca viva de más de 40 metros de profundidad, aljibes, hornos de pan y la existencia de una mezquita rodeada de calles empedradas bajo parte de un antiguo polvorín del siglo XVIII y que hoy alberga el Centro de Interpretación. La mezquita fue consagrada como ermita tras la conquista.
El Centro de interpretación del Castillo de Gibralfaro acoge piezas, documentos, mobiliario y uniformes de la época para ofrecer al visitante un recorrido por la vida de la fortificación como guarnición militar y vigía costero de 1487 a 1927. Un gran maqueta de la Málaga musulmana sobre la Málaga actual, instrumentos de navegación de la época, reproducciones de barajas de naipes, muy populares entre los soldados, y soldados de plomo, son algunas de las curiosidades que alberga el centro.
Información práctica:
El horario de visitas para el conjunto monumental es de 9 a 20 horas, del 1 de abril al 31 de octubre, y de 9 a 18 horas del 1 de noviembre al 31 marzo.
Tarifas: se establece una tarifa normal para uno de los dos monumentos de 3,50€ y conjunta para los dos monumentos de 5,50€. Hay tarifas especiales y reducidas para grupos y escolares.
La entrada a La Alcazaba se encuentra en calle Alcazabilla, 2, en pleno corazón de la ciudad.
La entrada al Castillo de Gibralfaro se encuentra en Camino de Gibralfaro, 11 (El Castillo y la Alcazaba no se comunican por el interior). La línea 35 de la EMT conecta el castillo con el Centro Histórico cada 30 minutos, aproximadamente. Finalmente, se puede acceder a pie por el Paseo de Don Juan Temboury y ascendiendo el monte durante unos 20 minutos.
